viernes, 11 de julio de 2008

La presa — Kenzaburo Oé

La presa
Kenzaburo Oé
Quinteto, Editorial Anagrama
Barcelona, 2003
114 páginas

Escribe: Juan Miguel Marthans


Hace muchos años compré este libro en la edición de Anagrama, pero la maldición que suele caer sobre las personas que “prestábamos” libros hizo que se me extraviara. Luego de mucho tiempo, después de haberme sumergido en otros títulos, logré encontrar en los remates de un supermercado la edición de Quinteto (marca perteneciente a cinco editoriales entre la que se encuentra Anagrama), por lo que decidí tomar revancha con este libro de Kenzaburo Oé (Japón, 1935).
Durante los años de guerra, mientras unos niños jugaban en el crematorio de una aldea de Japón buscando huesos que les puedan servir como trofeos, un avión enemigo se estrella cerca en las proximidades del pueblo y la gente sale en busca de los restos de la aeronave o de algún sobreviviente. Lo único que encuentran es un montón de metal retorcido y un soldado negro, al cual lo toman prisionero.
Oé, luego de este comienzo, crea un universo en torno al cambio que sufre, principalmente, la vida de los niños del pueblo a través de la “visita” del soldado negro. El aislamiento en el que la presa vive en aquella aldea, le permite a Oé ahondar más en las percepciones que los personajes van teniendo en torno a la llegada de “la presa” y los lazos comunicacionales que deben surgir entre dos culturas tan disímiles. Quizás la visión de Oé es bastante occidentalizada, pero eso genera una proximidad del lector (“occidental”) con el prisionero, quien se sume en un universo en donde el lenguaje es su peor enemigo, llevándolo a convertir en una especie de “mascota” de los niños del pueblo, en donde los lazos de afinidad se basan en un intercambio de experiencias inmediatas y situacionales.
El tiempo es el principal elemento que hace que todos los vasos comunicantes que se crean entre los niños del pueblo y la presa se vean anulados cuando llegan las órdenes del gobierno, obligando así a una vuelta de tuerca que fuerza al soldado negro luchar por su libertad limitada en aquella aldea.
Oé, en cada una de sus novelas, logra crear universos cerrados en los que aprisiona al lector en realidades limitadas, lo que le permite ahondar más en las relaciones interpersonales de sus personajes como seres individuales que actúan ante situaciones particulares, desencadenando conflictos que quedan claramente gravados en la mente del lector. Quizás la guerra sea, en este caso, el elemento reflexivo de la obra, ya que no queda ajena de nadie y en donde los personajes supuestamente más alejados de ella se convierten en sus víctimas directas.
La presa, es una nouvelle con la que Oé ganó el Premio Akutagawa, además de ser una de las obras más importantes del ganador del premio Nobel de 1994, lo que hace de este libro un imprescindible en nuestras bibliotecas.

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